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El Licopeno es un pigmento liposoluble rojo y un potente antioxidante que pertenece a la familia de los carotenoides. Se encuentra en el tomate, la sandía y otros frutos rojos, el pomelo, la papaya, etc. contrariamente a otros nutrientes (como la vitamina C), su cocción aumenta su biodisponibilidad. El calor le permite liberarse de las células del tomate, haciéndolo más asimilable. Hay aproximadamente cuatro veces más licopeno biodisponible en la salsa de tomate que en el tomate fresco. Los productos transformados a base de tomate como los zumos, las sopas, las salsas de tomate o el kétchup, son los alimentos que contienen más licopeno biodisponible. el licopeno es uno de los carotenoides más potentes para la eliminación intracelular de radicales libres. El consumo regular de alimentos que contienen licopeno contribuye a reducir el envejecimiento celular, sobre todo cutáneo. Cada vez existen más estudios epidemiológicos que sugieren que el consumo de licopeno tiene un efecto beneficioso sobre la salud humana, reduciendo notablemente la incidencia de las patologías cancerosas sobre todo, de pulmón, próstata y tracto digestivo, cardiovasculares y del envejecimiento. También existen evidencias científicas de que previene el síndrome de degeneración macular, principal causa de ceguera en la gente mayor de 65 años.
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Harvard J Natl Cancer Inst. 2002, reveló que el consumo de licopeno redujo en un 45% las posibilidades de desarrollar cáncer de próstata en una población de 48.000 sujetos que tenían en su dieta por lo menos 10 raciones semanales de tomate o subproductos de éste. La investigación duró seis años. Otras investigaciones descubrieron que el licopeno también reduce los niveles de colesterol en forma de lipoproteína de baja densidad (LDL), que produce aterosclerosis, por lo que la ingesta de tomates reduce la incidencia de enfermedades cardiovasculares.
Los primeros estudios se centraron en los beneficios que aportaban en la prevención de ciertos cánceres, mostraban que aquellas personas que lo consumían con frecuencia estaban menos expuestas a cánceres que afectaban al sistema digestivo y al reproductor tales como el de colon y de próstata. Otros posteriores venían a demostrar las propiedades del antienvejecimiento del licopeno. Un ejemplo es el llevado a cabo con un grupo de 90 monjas, en el sur de Italia, con edades comprendidas entre los 77 y los 98 años. Aquellas con índices mayores de licopeno en la sangre tenían una mayor agilidad a la hora de realizar todo tipo de actividades.
