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Hipertiroidismo
Hipertiroidismo es el nombre por el que se conoce al aumento del funcionamiento de la glándula tiroides, que implica un aumento de los niveles de hormonas tiroideas (T4 y T3) en la sangre, y que tiene como consecuencia la aceleración de la actividad metabólica del organismo. Se trata de un trastorno frecuente, que afecta aproximadamente al 1% de la población, sobre todo a mujeres de entre 30 y 40 años. Las hormonas tiroideas se forman en la glándula tiroides, que se encuentra en la parte más baja del cuello, justo en el borde del esternón. El tiroides elabora dos hormonas tiroideas, la T3 y la T4, y necesita yodo para sintetizarlas. Este mineral se encuentra en la sal, vegetales y productos del mar, por lo que en una dieta saludable hay cantidades suficientes para producir las hormonas tiroideas.
La función de las hormonas tiroideas consiste en estimular el funcionamiento de diferentes órganos, en especial el cerebro, los músculos, el corazón y el riñón. De esta manera, las hormonas tiroideas facilitan la contracción muscular, el funcionamiento de las neuronas, etcétera. Se podría decir que tienen un “efecto natural vigorizante”, así que la alteración de la cantidad de estas hormonas, en exceso o en defecto, provoca un deterioro de la salud global del individuo.
El control natural de la cantidad de hormonas tiroideas en sangre depende de:
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Control cerebral: la hormona TSH (del inglés Thyroid Stimulating Hormone, hormona estimulante del tiroides), secretada por la glándula hipófisis, situada en el cerebro, es la encargada de regular la excreción de hormonas tiroideas, según las necesidades.
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Autorregulación: las propias hormonas tiroideas inhiben la excreción de hormonas tiroideas. Así siempre se asegura que los niveles no sobrepasen unos límites.
Síntomas del hipertiroidismo
En general, las personas afectadas por hipertiroidismo sufren un aumento de la excitación en todos sus órganos y sistemas. Estas alteraciones se producen poco a poco, así que al principio pueden ser achacadas al estrés y el nerviosismo. En los ancianos, sin embargo, el hipertiroidismo puede manifestarse solo con cansancio, pérdida de peso y depresión; se llama hipertiroidismo apático y es más difícil de detectar. En otras ocasiones los síntomas surgen de repente en su máxima intensidad, es lo que se conoce como “tormenta tiroidea”. Los síntomas más importantes son:
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Pérdida de peso: el metabolismo global del enfermo está aumentado, de forma que consume más energía aun sin hacer ejercicio. La sensación de hambre, sin embargo, se incrementa, y apetece comer más cantidad y con más frecuencia.
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Hiperactividad: el estado mental está alterado y los enfermos se muestran inquietos, con ganas de hacer muchas actividades continuamente, aunque no sea el momento adecuado. A esto se le añade insomnio, por lo que es normal que cuando la enfermedad lleva un tiempo instaurada el paciente se sienta fatigado, pero siga estando nervioso.
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Falta de concentración: cualquier estímulo externo (un pequeño sonido, luces de electrodomésticos, etc.) distraen la atención de los hipertiroideos. Esto es de especial importancia en los adolescentes en época de estudio.
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Irritabilidad y cambios de humor.
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Temblor fino: el sistema nervioso y el muscular están hiperestimulados, incluso en reposo. Es fácil observar un temblor en las manos cuando se extienden los brazos (más fácil de ver si se pone un folio encima).
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Bocio: se conoce así al aumento de la glándula tiroides que protruye en la parte más baja del cuello, provocando a veces problemas al tragar o respirar. No ocurre en todos los casos de hipertiroidismo, y a veces solo se palpa y no se ve. Hay zonas donde la población general tiene bocio, principalmente por falta de yodo en la dieta, pero también por tomar alimentos que contienen sustancias que provocan bocio de por sí (como las coles, el repollo y la coliflor); en España, por ejemplo, esto era típico en algunas comarcas de Galicia.
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Exoftalmo: es decir, ojos saltones o “mirada de asombro”. Ocurre por dos motivos: primero, los músculos y la grasa que están detrás del ojo se inflaman, empujando el ojo hacia fuera; segundo, los músculos que abren los párpados están hiperexcitados y hacen que el ojo esté siempre muy abierto.
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Debilidad muscular: la falta de relajación muscular hace que se pierda fuerza y aumente el cansancio.
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Palpitaciones y taquicardia: el corazón late más deprisa y el pulso es más fuerte. Si el enfermo tenía antes algún problema de corazón es frecuente que ahora empeore y, en ocasiones, requiera estar ingresado para poder controlarlo. También es habitual que aparezcan arritmias cardíacas, como la fibrilación auricular.
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Aumento del sudor: la piel siempre está caliente y húmeda; los hipertiroideos no toleran bien el calor, incluso se quejan de calor cuando la temperatura real no es alta.
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Picores y enrojecimiento de las palmas de las manos.
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Pelo frágil: el cabello se torna fino y quebradizo. El 40% de los pacientes continúa con una alopecia difusa durante algunos meses después de la curación.
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Aumento del ritmo intestinal: al igual que el resto de órganos, el tubo digestivo está sobreestimulado y el tránsito intestinal es más veloz. Por ello, la frecuencia de las defecaciones aumenta, a veces con diarrea.
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Disminución de la menstruación o, a veces, amenorrea (desaparición de la menstruación).
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Disfunción sexual (en hombres).
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Osteopenia: la reabsorción del hueso viejo es más rápida que la formación de hueso nuevo, así que los huesos son más frágiles y las fracturas ocurren con más facilidad.
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Mixedema pretibial: se trata de una alteración de la piel de las piernas, a la altura de la espinilla. Se forma una placa inflamada, rosada o violácea, de aspecto de “piel de naranja”.
En general, se recomienda a la población que acuda al médico si:
Aprecia cambios en su estado emocional, como excitación o depresión. Se marea. Nota palpitaciones, es decir, que el corazón late rápidamente y de forma irregular.
Causas de hipertiroidismo
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Alteraciones del control cerebral La hormona TSH secretada por la glándula hipófisis en el cerebro es capaz de estimular a la glándula tiroides para que sintetice más hormonas tiroideas. Es posible que surja un tumor en la hipófisis que secrete sin control TSH y provoque un hiperfuncionamiento de la glándula tiroides.
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Enfermedad de Graves
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Bocio multinodular tóxico Cuando se toma poco yodo, o por razones no conocidas, la glándula tiroidea incrementa su tamaño para suplir esa falta e intentar captar todo el yodo posible. Para crecer, las células que forman la glándula se multiplican; en ocasiones el crecimiento se descontrola y cada célula forma nódulos que fabrican hormonas tiroideas por su cuenta sin regulación.
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Adenoma tóxico Suele ocurrir dentro de un bocio multinodular en el que un nódulo descontrola aún más su división celular, y sufre mutaciones que facilitan que comience a sintetizar hormonas tiroideas sin control, como si se formase una glándula tiroides extra.
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Tiroiditis Una infección vírica provoca la inflamación de la glándula tiroides, la cual expulsa todas las reservas de hormonas tiroideas que contenía y provoca un aumento repentino de estas en la sangre. Afecta principalmente a mujeres entre los 30 y los 50 años de edad. Cursa con fiebre y dolor en la mandíbula o el oído.
Otras causas de hipertiroidismo
El exceso de yodo puede provocar hipertiroidismo, aunque no es suficiente con la dieta porque para que esto ocurra son necesarias grandes cantidades, que normalmente proceden de la administración de medicamentos o el empleo de pruebas diagnósticas que usan yodo. Raro, pero también posible, es el estruma ovárico, que es un tipo de cáncer de ovario formado por células capaces de producir hormonas tiroideas sin control.
Medicamentos antitiroideos
Algunos de estos fármacos son el propiltiouracilo y el metimazol. No se sabe muy bien cómo actúan exactamente, pero disminuyen los niveles de hormonas tiroideas. En 6 u 8 semanas se suelen alcanzar los niveles normales de T4 y T3, y durante todo el tratamiento se deben realizar análisis de sangre a menudo para controlar que los niveles de hormonas tiroideas no sean menores de lo habitual (hipotiroidismo).
Como cualquier medicamento, los antitiroideos pueden tener efectos secundarios, entre los que destacan picor, exantemas en la piel, fiebre y, el más grave, agranulocitosis. La agranulocitosis es la desaparición de los neutrófilos en la sangre, que son un tipo de células defensivas que nos protegen de las infecciones; cuando esto ocurre es necesario retirar el fármaco inmediatamente y corregir la alteración.
Se debe consultar con el médico si se está recibiendo tratamiento con antitiroideos y se presentan síntomas de insuficiencia tiroidea, como:
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Depresión.
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Lentitud física y mental.
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Aumento de peso.
Propanolol
Es un tipo de betabloqueante, es decir, un fármaco capaz de bloquear los efectos del sistema nervioso autónomo. Se utiliza para aliviar los síntomas propios de la excitación a la que está sometido el sistema nervioso que hemos comentado (nerviosismo, temblor, sudor, etc.).
Yodo radioactivo
Si utilizamos dosis diferentes que las que se usan para la gammagrafía, el yodo radioactivo puede destruir parte de la glándula tiroides, y así paralizar la sobreproducción de hormonas tiroideas. No es un tratamiento que se pueda utilizar en niños o embarazadas, ya que se trata de una sustancia radioactiva perjudicial para los órganos en crecimiento. El principal problema que puede ocasionar es que se destruya más glándula tiroides de lo normal, y la producción de T3 y T4 sea escasa (hipotiroidismo).
Cirugía
En ciertas ocasiones es necesario extirpar la glándula tiroides, ya sea en parte o totalmente. La cirugía está indicada especialmente en los casos de bocio multinodular y de adenoma tóxico, y se procura respetar la mayor cantidad de glándula tiroides sana posible. En ocasiones, queda menos glándula de lo necesario y, como ocurría al emplear yodo radioactivo, la persona se queda en un estado de hipotiroidismo.
Levotiroxina
No es un fármaco para el tratamiento del hipertiroidismo, todo lo contrario, es un medicamento que sustituye a las hormonas tiroideas; por lo tanto, solo se utiliza cuando los tratamientos anteriores provocan un estado de hipotiroidismo que es necesario corregir. Tiene muy pocos efectos secundarios y es fácil de controlar, por eso es preferible corregir el hipertiroidismo con seguridad, incluso provocando un hipotiroidismo que es sencillo de paliar.
