

ATS - Almacén Verde
Celíacos
Diabéticos
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Provienen de Margarinas, Papas Fritas, Carnes Grasosas, etc.
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Aumentan el Colesterol Malo (LDL) y Triglicéridos.
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Producen sustancias que aumentan el apetito
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Conducen a la Obesidad, Diabetes e incluso Cáncer
Las Grasas Trans son un tipo de grasa que se forma cuando el aceite líquido se transforma en una grasa sólida añadiendo hidrógenos. Este proceso se llama hidrogenación y sirve para incrementar el tiempo de vida útil de los alimentos. Así se obtienen grasas y aceites para freír que son muy útiles para la industria alimentaria, puesto que ayudan a mejorar la perdurabilidad, el sabor y la textura de los productos.
Algunos alimentos, como la carnes de cerdo y de cordero, así como la mantequilla y la leche, contienen de manera natural cantidades pequeñas de estas grasas hidrogenadas. Sin embargo, la mayoría de las grasas trans de nuestra alimentación provienen de alimentos procesados preparados con aceites vegetales parcialmente hidrogenados: margarinas, bollería industrial, galletas, patatas fritas y otros snacks... Investigaciones recientes han indicado que este tipo de grasas son nocivas para la salud, fundamentalmente debido a que elevan el colesterol malo (LDL) y los triglicéridos.
Las grasas trans tienen otros inconvenientes. Su ingesta aumenta el riesgo de sufrir depresión. Por el contrario, el aceite de oliva protege frente a esta dolencia.



Por qué gustan tanto las Grasas?
Qué hace que un plato de patatas fritas nos resulte irresistible y que no podamos parar de comer tras probarlas? Una sustancia natural similar a la marihuana tiene la culpa según un estudio de la Universidad de California Irvine (EE UU).
Las grasas de ciertos alimentos producen en nuestro digestivo endocannabinoides, sustancias químicas similares a la marihuana relacionadas con la euforia pero también con el hambre. Los azúcares y las proteínas, afirman los investigadores, no tienen este efecto. El proceso empieza en la lengua, donde las grasas de los alimentos generan una señal que viaja al cerebro y luego, a través del nervio vago, hasta los intestinos. El resultado es que el apetito aumenta, probablemente por la liberación de moléculas digestivas asociadas al hambre. Desde el punto de vista evolutivo, existe una necesidad imperiosa para los animales de consumir grasas, que escasean en la naturaleza pero son cruciales para que las células funcionen.
En la sociedad actual, sin embargo, las grasas están al alcance y la tendencia innata a comerlas conduce a problemas como la obesidad, la diabetes e incluso el cáncer, concluyen en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences. Tras el hallazgo, los científicos sugieren que sería posible revertir esta tendencia a abusar de las grasas usando fármacos que bloqueen los receptores de los cannabinoides.